Hoy día casi todo el mundo sabe manejarse en Internet, y la mayoría sabemos navegar a través de las infinitas páginas web existentes. Pero ya no nos conformamos simplemente con leer lo contenido en estas web, sino que queremos dejar nuestra opinión de lo que allí se diga. Y aún más, no sólo queremos opinar, queremos saber también lo que los demás opinan, algo que sabremos con facilidad al buscar el nombre de la persona o empresa sobre la que queramos conocer su reputación en un buscador como Google.
Nuestra opinión puede ser buena o mala, ambas son respetables, pero al igual que en la vida real, en Internet debemos respetar el derecho al honor de los demás. Por ello, cuando escribimos sobre alguien en una página web, bien porque somos el responsable de la web o porque somos un simple visitante que deja un comentario, debemos tener en cuenta que no podemos insultar ni hacer comentarios vejatorios, y mucho menos imputar delitos que no se puedan demostrar, ya que en estos casos nos convertiremos nosotros en los delincuentes.